Moralejas de Argentina


SCIOLI MACRIPor Patricio Montesinos

Algunos días de reflexión ya han tenido los argentinos, y también los latinoamericanos, para de la primera vuelta de las elecciones celebradas el pasado domingo en esa importante nación sudamericana sacar algunas enseñanzas de cara al llamado balotaje, previsto para el próximo 22 de noviembre.

La principal moraleja es percatarse que en Argentina  se  está jugando hoy, en buena medida, el futuro de la Patria Grande, en un momento crucial en que Estados Unidos pretende recuperar el terreno perdido en la región que aun considera erróneamente su traspatio, y en el mundo, ante el avance irreversible y demostrado de  Rusia y China, además de otras potencias emergentes.

Washington tiene en su mirilla a todos los procesos progresistas en América Latina, y hace y hará todo lo que sea posible por revertirlos en favor de la derecha recalcitrante que ha sustentado invariablemente, y que tiene a su vez más sed de poder que nunca antes.

Una eventual victoria del conservadurismo en Argentina, liderado por Mauricio Macri, en la segunda vuelta de los comicios de noviembre venidero, sería un retroceso notable para las verdaderas transformaciones  que se escenifican en Latinoamérica en favor de la independencia e integración de los pueblos, y no de las oligarquías neoliberales.

Por supuesto, que un supuesto triunfo de Macri frente a Daniel Scioli, del Frente Para la Victoria (FpV) y quien debe capitanear  la continuidad del  proyecto de Néstor Kirchner  y la presidenta Cristina Fernández, representaría un éxito para el Pentágono.

De hecho, Washington vería la oportunidad de hacer realidad el denominado “efecto dominó” en Nuestra América, algo que busca con ansiedad desde hace algún tiempo, con el objetivo de desmoronar otros gobiernos como los de Venezuela, Brasil, Ecuador y Bolivia, que para nada son “santos de su devoción”.

Un inesperado revés de Scioli podría convertir a Argentina en el Chile de los tiempos de Augusto Pinochet de Estados Unidos en Latinoamérica,  aunque claro con apariencia “light”, una palabra anglosajona muy de moda en siglo XXI, como la acuñada frase de “golpes blandos”

Traducido al buen español ello significaría que los argentinos volverían a la época del conocido “corralito”  y de los regímenes  militares y “democráticos” de turno, que desangraron a esa rica nación sudamericana, pero ahora enmascarados de manera más falaz.

No se pueden olvidar los vínculos de Macri con la dictadura de Jorge Rafael Videla, hecho real que se omite por los poderes mediáticos, como el emporio Clarín y otros en Latinoamérica, tutelados y financiados desde Estados Unidos y Europa.

Otra de las moralejas de Argentina es que Scioli, con vista al balotaje,  no pude dejarse robar  el lenguaje de las fuerzas políticas progresistas, con sus defectos y virtudes, y que la derecha  aprovecha muy bien para engañar a los electores, por un lado,  y crear divisiones, por el otro.

Macri habla de “cambios”, sin definirlos, y hasta de “Revolución”, palabras que fueron prohibidas  por Washington y sus regímenes lacayos en América Latina durante décadas, y que ahora el conservadurismo hace suyas. ¡Increíble!

Como expresó la digna mandataria Cristina en recientes declaraciones: hay que ir a la segunda vuelta de los comicios con la frente en alto, y mostrar que estamos dispuestos a seguir trabajando por el país, apuntó.

En ese sentido, exhortó a sus compatriotas a la reflexión, en clara alusión a lo que pueden significar  los “cambios” que proponen los representantes de la oligarquía, que son claramente el regreso al pasado oscuro de  Argentina, y de la Patria Grande, precisamente lo que ansía Estados Unidos.


Una respuesta a “Moralejas de Argentina

  1. Si bien es cierto que conocemos muy bien que EE.UU no se conforma con haber perdido a Latinoamérica, y hoy podamos hablar de La Patria Grande, también es cierto que debemos hacer hasta la ultimo por no perder esa fuerza y de la cual Argentina por supuesto es una pieza primordial, Cristina le demostró no sólo a Argentina, sino al mundo, algo que repetimos pero hizo muy cierto, «Un mundo mejor es posible». EE.UU. no descansará hasta el 22 de noviembre en su empeño, será otra estocada a fondo al neoriberalismo, al imperialismo y a las ansias de poder del norte que utilizando discursos confusos como el de Macri intenta atrapar a los que estén movidos…..

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